¿Y si te dijera que tus emociones necesitan espacio en ti?
Soy Mónica Planas y acompaño a mujeres en su camino para encontrar un equilibrio emocional.
Permíteme contarte mi historia...
Mi gran amor desde la infancia
Dibujo desde pequeña; amo la pintura y todo lo relacionado con la creatividad. Pintar siempre ha sido mi vía de escape, es parte de mi infancia por influencia de mi abuela, quien es pintora especialista en acuarela y a quien siempre he visto pintar todo lo que a su parecer era bello.
A pesar de mi secreta afición, cuando estudiaba diseño, suspendí varias veces la asignatura de dibujo. La realidad es que siempre he buscado saciar mi vena creativa de muchas formas. Por eso he estudiado diseño de producto, joyería, patronaje, confección y costura de prendas para mujeres y me especialicé en el diseño de complementos.
El cuerpo te habla y hay que saber escucharlo
Antes de graduarme, ya llevaba un ritmo frenético y como consecuencia del estrés junto con una enfermedad neurovascular, llegué a estar en silla de ruedas. Motivo por el que he reaprendido a caminar varias veces.
Después de varias recaídas, y viendo que tenía que dar importancia a mi salud, empecé a buscar terapias y caminos que me ayudasen a ser yo misma pudiendo encontrar un equilibrio sano.
Descubriendo mi propósito.
La pintura siempre había sido mi refugio, mi gran desahogo. Entonces me reencontré con las acuarelas. Pinté día y noche independientemente de cómo me sintiera hasta darme cuenta que la acuarela era lo que mejor me traslada a un estado de calma y presencia. Y así empecé a crear este método basado en la capacidad sanadora de la acuarela.
Es curioso, pero sigo encontrándome con gente que dice no saber pintar. Creo firmemente que todos sabemos pintar, todos sabemos coger un pincel y dejarnos llevar para expresarnos con color. Porque no se trata de la estética, se trata de los beneficios emocionales que hay detrás.
Todos nos movemos por emociones, solo necesitamos darles su espacio para expresarlas de forma sana, y la Acuarela Emocional es una camino sorprendente que facilita la conexión con la energía interior que todos tenemos.
Mi propósito es ayudar a personas a conectar consigo mismas y con sus emociones para que no lleguen al punto que yo llegué y que descubran el secreto de liberar las emociones.
La Malformación arteriovenosa (MAV) que habita en mi cerebro, además de guiarme a descubrir la capacidad sanadora de las acuarelas, me ha empujado a profundizar más allá de lo evidente, formándome en diferentes disciplinas que me han ayudado y me acompañan a diario:
* Practicar yoga me enseñó que el cuerpo se mueve con un ritmo propio que varía de un día a otro y que aprender a respetarlo supone dejar de luchar y competir para aceptar y respetar.
*Meditar diariamente me desveló la belleza y la intensidad del silencio interior; descubrir que el único ruido es el que generan nuestros pensamientos constantes para apreciar la capacidad contemplativa.
*El eneagrama me ayudó a entender que además del blanco y el negro, existen muchísimos colores llenos de matices. Fue liberador conocer las diferentes motivaciones para así eliminar máscaras adquiridas con el tiempo.
*La astrología fue clave para comprender la importancia de las emociones. La posición de la luna en tu carta natal habla de cómo sientes, así descubrí que una emoción se puede vivir de muchas maneras.
Estas enseñanzas me siguen acompañando en el camino de aprender a disfrutar de todo y vivir desde el presente, avivando la capacidad de sorprenderme y la ilusión propias de la niñez para incorporarlas en la vida adulta.